Un huerto a medida para AHORRAR en la cesta de la compra
¡Hola agrohuerters! Si algo bueno nos ha enseñado la crisis económica que venimos sufriendo desde hace varios largos años, es a ahorrar. Una manera de ahorrar y, además, pasar un buen rato, es cultivar tu propio huerto, incluso, muchos han iniciado el camino para alcanzar la autosuficiencia. Y es que, cuando una buena parte de nuestra alimentación la producimos nosotros mismos, el ahorro puede ser considerable. Sin embargo, cultivar tu propio huerto ecológico puede suponer mucho trabajo y la inversión de bastante tiempo si lo sobredimensionas: demasiado esfuerzo en el mantenimiento y una sobredosis de cosecha que muchas veces no sabemos qué hacer con ella. Por el contrario, un huerto pequeño puede no ayudarnos mucho a la hora de reducir gastos en alimentación. Por ello hoy voy a darte algunos consejos para que puedas adaptar el huerto a tus necesidades y a tu tiempo libre y, por supuesto, ahorrar a la hora de ir a la compra. ¡Vamos a ello!
Un huerto a medida para ahorrar: tiempo y espacio
No te precipites. Para cultivar verduras y probar si se te da bien, te gusta o, simplemente, tienes tiempo suficiente para cuidar un huerto, no hace falta que empieces por todo lo alto, pues si no, habrás invertido mucho tiempo y dinero en algo que no va a durar mucho. Puedes empezar con varias plantas en una jardinera o en macetas, o si dispones de algo de terreno prueba con un cuadradito de unos dos metros cuadrados. Sin embargo, si quieres ahorrar de verdad en la factura de alimentación, por lo menos durante la temporada de cosechas, deberás de crear un huerto.
Con el fin de que la cosecha no sea muy pesada y el consumo de estas hortalizas no sea una obligación vamos a adaptar las dimensiones de este huerto a nuestras necesidades y, lo más importante, el tiempo que le vamos a poder dedicar; de nada sirve tener un huerto muy grande si no tenemos tiempo suficiente para trabajarlo de manera correcta. Para que te puedas orientar, en cuanto a dimensiones, un señor huerto de 80 a 100 metros cuadrados, es el máximo de superficie que se recomienda para un huerto en una segunda residencia, con una buena oferta en cuanto a variedad de cultivo y permitiendo tener cosecha durante todo el año, incluido el invierno. Sin embargo, si solo lo quieres durante la primavera y el verano, que son las épocas de apogeo del vergel, con 50 metros cuadrados por persona es suficiente para alimentarse de la cosecha.
Los dos grandes períodos de actividad para el huerto son la primavera, con la siembra de marzo a abril y el trasplante de mayo a junio; y por otro lado, el verano tardío y otoño, cuando terminamos de cosechar y comienzan las labores de preparación y fertilización. Evidentemente, cuanto más grande sea la superficie, mayor esfuerzo y tiempo. Para un huerto de entre 80 a 100 metros cuadrados, con medio día a la semana en primavera será suficiente, mientras que necesitarás un fin de semana en el otoño, aproximadamente.
Si tu objetivo es la autosuficiencia, necesitas al menos 80 metros cuadrados por persona, lo que cubre el consumo de productos frescos pero también el de congelados, conservas y mermeladas, sobre todo de cara al invierno. Para ello, deberás dedicarle al huerto por lo menos un día a la semana en primavera y verano, cuando más cuidados necesitan los cultivos, y unos tres fines de semana durante el otoño y el invierno.
Añade un plus a tu huerto. Utilizando macetas, de al menos 30 cm de diámetro, en el balcón, puedes aprovechar al máximo el espacio para el cultivo de verduras de crecimiento rápido, que producen en abundancia y sencillas de cosechar como, por ejemplo, los tomates cherry, los calabacines, los rábanos o mézclum. Además, si utilizas semilleros, durante el tiempo que la semilla necesita para germinar y desarrollarse la plántula hasta el momento del trasplante, es un periodo en el que la tierra de tu huerto está libre para cultivar otras hortalizas, por lo que así, podrás cultivar más en el mismo tiempo y con el mismo espacio.
Como lo que queremos es ahorrar en la cesta de la compra, da preferencia a las frutas y hortalizas más caras y que son de temporada, por ejemplo, las fresas. Así, si tienes que comprar verduras, que sean las que tienen un precio menor.
Ahorra también en el huerto
Cultiva ecológico para reducir los insumos. El cultivo ecológico, a parte de todos los beneficios que conlleva, supone una un gran ahorro, ya que se prescinden de costosos productos de tratamiento. Para limitar los parásitos, fomenta el control biológico y la presencia de enemigos naturales como pájaros e insectos depredadores o utiliza plantas aromáticas para ahuyentarlos. También puedes fabricar tu abono gracias al compostaje de los residuos del huerto y la cocina, o cultivar tú mismo abono verde. Otra manera de reducir insumos es obteniendo tu propia semilla a partir de las plantas del huerto así, además de ahorrar, te asegurarás de que tus semillas son 100% ecológicas.
Siempre que puedas, utiliza variedades poco exigentes en cuanto a cuidados y riego y que produzcan rápido, e intenta que el huerto sea lo más llano posible para conservar al máximo el agua de lluvia, incluso del propio riego. Hablando de riego, ¿por qué no te animas a colocar un colector bajo un canalón y recuperar el agua de lluvia? ¡Ahorrarás mucho en agua y los ríos de tu ciudad lo agradecerán!
Como ves, cultivar un huerto generoso para alimentarse no resulta demasiado difícil. Gastar menos y comer mejor, ¿rechazarías tal propuesta? Comienza a cultivar tu huerto, notarás los resultados desde la primera cosecha, tanto en tu salud como en tu bolsillo. ¡Hasta la próxima!
Revisado por: Prof. Dr. Luis Ruiz García el 20/02/2019