Publicado: 19/05/2017 - Actualizado: 05/08/2020
Autor: Pilar Otero2 Comentarios
¡Hola agrohuerters! Cuando vemos que nuestras plantas no tienen muy buen aspecto (manchas en las hojas, pudrición, falta de desarrollo,…), queremos saber qué es lo que está ocurriendo. Por ello, debemos aprender a leer las señales y los síntomas que presentan. En el artículo de hoy, vamos a centrarnos en estudiar los diferentes tipos de estrés que pueden afectar a los cultivos.
Las plantas están sometidas frecuentemente a situaciones desfavorables para su desarrollo y funcionamiento óptimos, ocasionados por alteraciones en el medio ambiente. A continuación, vamos a ver uno a uno los diferentes tipos de estrés que pueden sufrir nuestras plantas.
Contenidos
1. Estrés por Temperatura
La temperatura óptima de crecimiento es una característica de cada especie. Los cultivos de estaciones frías (brócoli, trigo,…) completan la mayor parte de su ciclo bajo condiciones frías (4-12ºC). Los cultivos de estaciones más templadas (tomate, maíz, melón,…) requieren temperaturas más altas para su crecimiento (22-30ºC). Por otra parte, los cultivos perennes tienen mecanismos de adaptación para superar el estrés por temperatura.
Exceso de calor
El estrés producido por altas temperaturas (>40ºC) provoca en las plantas daños fisiológicos y/o metabólicos como la inactivación de encimas. A menudo, está asociado con el estrés hídrico. La orientación y enrollamiento de las hojas son mecanismos que utiliza la planta para superarlo.
Exceso de frío
El frío puede causar daños en la fisiología y en la estructura de nuestras plantas. Por ejemplo, cuando se produce una helada «rápida» al agua que hay dentro de las células de nuestras plantas no le da tiempo a salir y se congela. Este hecho, provoca que se rompan las células y derive en la muerte progresiva del cultivo.
Cuando las plantas sufren estrés por frío tienden a detener su crecimiento y a acumular azúcares.
Al final del artículo, os dejo un vídeo donde nos explican cómo podemos proteger del frío las plantas del huerto.
2. Estrés Hídrico: Falta de agua en las plantas
Se produce cuando nuestras plantas no tienen agua suficiente. Por ello, responden deteniendo su crecimiento y las células pierden agua y turgencia. Este tipo de estrés se considera que es el más importante ya que ocasiona grandes pérdidas agrícolas.
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Un tercio de la superficie del planeta que potencialmente se podría cultivar recibe un aporte de agua insuficiente para el desarrollo vegetal, mientras que en el resto la falta de agua reduce los rendimientos en mayor o menor medida.
Sin embargo, debido a que se produce de forma recurrente las plantas han desarrollado métodos de adaptación a lo largo de los años. Algunos de estos métodos pueden ser: cierre de estomas, paredes más gruesas, área foliar reducida (cuando menor sea la superficie de las hojas, menos agua perderán cuando transpiren), ciclos rápidos o raíces profundas (para coger agua de sitios más bajos).
3. Estrés salino
No solo los lugares próximos al mar son salinos. También los desiertos interiores y las tierras agrícolas muy irrigadas son, a menudo, salinos. De hecho, en el pasado era poco frecuente pero debido al uso excesivo de fertilizantes químicos y la sobreexplotación de acuíferos ha ocasionado que sea uno de los tipos de estrés más frecuente. Además, puede derivar en un estrés hídrico con el tiempo.
Los iones tóxicos más abundantes son el cloro y el sodio, pero también otros iones como el NO3, SO4 o el NH4 pueden causar problemas.
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Existen un tipo de plantas conocidas como «halófitas» que pueden desarrollarse mejor que otras en lugares salinos. Por ejemplo, el algodón, el trigo o el tomate son relativamente tolerantes a la sal. Por el contrario, la soja y el maíz no lo soportan nada bien.
4. Estrés químico
La contaminación del aire también afecta a las plantas. La actividad industrial produce compuestos como el CO2, CO, SO2, NOx o el C2H4 que dificultan el desarrollo de los cultivos. Algunos de estos compuestos entran, a través de los estomas, en las plantas y generan iones tóxicos.
Además, en lugares con mucho polvo, se acumula en las hojas, disminuyendo la cantidad de luz incidente.
¿Cómo se enfrentan las plantas a los diferentes tipos de estrés?
Las plantas, a su vez, han desarrollado varios métodos para poder superar o adaptarse a los diferentes tipos de estrés:
- ESCAPE: Se basa en crecer solo en épocas favorables.
- EVITACIÓN: No se produce el estrés fisiológicamente.
- TOLERANCIA Y RESISTENCIA: La planta sufre el estrés pero es capaz de sobrevivir.
- ACLIMATACIÓN Y ADAPTACIÓN: La diferencia es que la aclimatación no se hereda de generación en generación y, por el contrario, la adaptación sí.
Referencias
- Sma, Z. (2016). Chapter 14 – Medicinal Components. Editor(s): Toyoki Kozai, Genhua Niu, Michiko Takagaki, Plant Factory. Academic Press,187-192.
- Kubota, C. (2016). Chapter 10 – Growth, Development, Transpiration and Translocation as Affected by Abiotic Environmental Factors. Editor(s): Toyoki Kozai, Genhua Niu, Michiko Takagaki. Plant Factory, Academic Press, 151-164.
- Ohashi-Kaneko, K. (2016). Chapter 13 – Functional Components in Leafy Vegetables. Editor(s): Toyoki Kozai, Genhua Niu, Michiko Takagaki, Plant Factory, Academic Press,177-185.
Esto es todo por hoy. Habéis podido comprobar que las plantas, al igual que las personas, también se estresan.
Espero que os haya gustado el artículo y ¡nos vemos en el próximo! Como siempre, podéis dejar comentarios.
¡Pasad un buen día! 🙂
Revisado por: Prof. Dr. Luis Ruiz García el 05/08/2020
Acerca del autor
Guillermo castro yock
Pilar gracias por la nota del estreses de las hojas de las plantas muy acertado gracias guapa
pilar
Hola Guillermo! Muchas gracias, próximamente haré algún artículo más relacionado con el estrés de las plantas. Un saludo!