Riego del Huerto: Elegir el Tipo de Riego | Cuándo regar | Cuánto regar
El riego en el huerto es una tarea fundamental y debemos planificarlo bien. Hoy veremos cómo cómo regar un huerto y cómo elegir un sistema de riego automático o manual. Una vez elegido el método de riego hay que saber cuánto regar y con qué frecuencia ¡Vamos a verlo!
¿Cómo debe ser el riego del huerto?
Hay que conseguir que el sustrato se mantenga húmedo pero sin llegar a encharcarse, de forma que las plantas puedan crecer y desarrollarse correctamente.
La falta de agua en periodos con pocas lluvias y/o mucho calor puede provocar «estrés hídrico» en la planta, que producirá menos, o puede incluso marchitarse y secarse.
Pero también el riego excesivo es perjudicial, porque el agua sobrante que sale por debajo del recipiente de cultivo se lleva consigo parte de los nutrientes. Además, las raíces pueden asfixiarse porque con tanta agua alrededor no son capaces de capturar el oxígeno, y también aumentan las posibilidades de que aparezcan plagas y enfermedades, sobre todo hongos, debido al ambiente húmedo que se genera alrededor de las plantas.
El riego en su justa medida, ni más ni menos.
Por lo tanto, tendrás que tener cuidado y regar frecuentemente con riegos ligeros, teniendo en cuenta algunos aspectos importantes de los que depende la frecuencia y el tiempo de riego, como son:
- Las necesidades de agua de los cultivos (hay plantas que necesitan más agua y otras que necesitan menos).
- El tamaño del recipiente (las plantas en recipientes pequeño se deberán regar más a menudo).
- La densidad de plantas (cuanto menos volumen de tierra haya para cada planta menos cantidad de agua se podrá almacenar y durante menos tiempo, por lo que hay que regar más cuando hay poco espacio entre las plantas que cuando la separación es mayor).
- El tipo de sustrato (unos retienen más agua que otros).
- El clima (agua aportada por las lluvias, temperatura, sol…).
¿Cuánta agua necesita un huerto?
Como es lógico, las plantas necesitan más cantidad de agua en verano que en invierno, ya que si las temperaturas son más altas y el sol incide sobre los recipientes el agua se evaporará mucho más rápido. Conclusión: por regla general es suficiente regar una o dos veces a la semana en invierno y, en verano, debes hacerlo todos los días. En primavera y otoño tendrás que ajustar la el riego según las temperaturas y las lluvias.
La clave es comprobar la humedad de la tierra, bien metiendo el dedo en el sustrato o un lápiz, por ejemplo (si sale limpio, sin tierra «pegada, es que el sustrato está muy seco) o bien utilizando un medidor de humedad, un artilugio muy útil para saber cuándo regar y no demasiado caro.
El agua que necesita cada planta no es exactamente la misma, por lo que para aprovecharla mejor puedes asociar los cultivos en grupos y dar el riego justo a cada uno, teniendo en cuenta que hay cultivos más exigentes y que otros, como el ajo o la cebolla, son capaces de desarrollarse con menos agua:
- Poco riego: ajo, cebolla, garbanzo, lenteja o hierbas aromáticas como espliego, romero, tomillo, orégano…
- Riego medio: guisante, tomate, pepino, nabo y algunas flores de las que usamos para ahuyentar insectos, como la albahaca, la caléndula o el tagete.
- Riego abundante: acelga, alcachofa, apio, calabacín, col, puerro…
Si tienes tu huerto en una zona poco lluviosa conviene que elijas cultivos poco exigentes (perennes) o, si pones cultivos de temporada como las hortícolas, regar lo suficiente y estar atento a que el suelo no se quede seco.
¿Qué hora es mejor para regar?
¿Cuándo es mejor regar el huerto, por la mañana o por la noche? Todo depende de la época del año.
En la época seca (verano) es mejor regar una vez que se ha puesto el sol, para que el agua evaporada a causa del calor sea menor.
En invierno, y sobre todo si hay riesgo de heladas, no es conveniente regar por la noche porque si bajan mucho las temperaturas el agua demasiado fría puede perjudicar a las raíces.
Cómo regar un huerto
¿Qué método usar para regar el huerto? La primera pregunta que debemos hacernos para planificar el riego es ¿Riego manual o riego automático? Veremos a continuación las ventajas de regar el huerto manualmente o con un sistema automático, así como los sistemas de riego de cada tipo.
Riego manual
Si tienes tiempo y tu huerto no es demasiado grande, opta por el riego manual con una regadera o con una manguera, ya que es una forma muy eficaz de regar, controlarás el agua aplicada y podrás aprovechar para echar un vistazo a tus cultivos y comprobar que no han sido atacados por plagas o enfermedades.
Si usas una manguera, puedes incorporar una boquilla aspersora, para evitar hacer «hoyos» y charcos en el sustrato. Es importante no mojar demasiado las hojas de las plantas, porque esto puede provocar que aparezcan sobre ellas hongos y otras enfermedades.
Hay otros tipos de riego manual tradicionalmente empleados en los huertos rurales: el riego por surcos y el riego por inundación. Si tienes mucho agua disponible (un depósito, un pozo…) puedes emplear alguno de estos sistemas ya que son muy eficaces y mojan toda la tierra que rodea las raíces.
Aunque cumplen su función, no es conveniente el riego por superficie en un huerto urbano porque consume demasiada agua y no es eficientes (hay grandes pérdidas por evaporación, mucho mayores que en los sistemas de riego localizado).
Si has elegido el riego manual y no automático tendrás que pensar cómo regar las plantas cuando no estás en casa. Puedes comprar riegatiestos o conos de riegos, que mantendrán la humedad suficiente en el sustrato durante varios días.
Se trata de un dispositivo muy sencillo, una especie de cono que está echo de un material poroso al que le llega agua desde un depósito (botella, cubo, garrafa…) a través de un pequeño tubito de plástico o directamente enroscándolo en una botella. Puedes adquirirlos en cualquier tienda de jardinería o hacer un riegatiestos casero (más información sobre cómo hacerlo en el post Riego en vacaciones: 3 sistemas de riego caseros).
Riego automático
Si te has decidido por el riego automático tienes que tener en cuenta que necesitarás tener cerca un grifo u otro tipo de toma de agua y, si no es así, deberás instalar un depósito a una cierta altura (dos metros o más) para que el agua baje por gravedad con presión suficiente.
Son muchas las opciones para el riego automático del huerto. La más usada por sus múltiples ventajas es el riego por goteo, pero también puedes instalar el riego por cinta exudante (un sistema de riego gota a gota mediante mangueras perforadas que se entierran), el riego por microaspersión o recipientes con autorriego incorporado (mesas de cultivo con un depósito en la parte inferior que mantienen la humedad constante).
Hay más información sobre los tipos de riego automático en el huerto en el post 6 Tipos de riego para tu huerto o huerta. En otros artículos también veremos las peculiaridades, ventajas y desventajas de cada método de riego y la forma de instalarlos. Espero que os sea útil!
Referencias
- Vallés, J.M., 2007. El Huerto Urbano: manual de cultivo ecológico en balcones y terrazas. Ediciones Serbal. ISBN: 8476285078,
- Fernández Gómez, R., et al, 2010. Manual de riego para agricultores: módulo 4. Riego localizado. Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía, España.
- Martín Rodríguez, A. et al., 2016. Manual de riego de jardines. Ed. Junta de Andalucía, Consejería de Agricultura y Pesca.
Revisado por: Prof. Dr. Luis Ruiz García el 09/03/2023