Huertos en Guarderías: Aprendiendo a sembrar
Muy buenas a todos Agrohuerters !
Hoy os voy a comentar una visita que hice antes de semana Santa a una GUARDERÍA, la idea era mostrar a los niños, de entre 2 y 3 años, los trabajos que se realizan en algunas profesiones y ahí que fui en calidad de futuro ingeniero agrónomo a plantar unas judías con ellos.
Sembrar judías no es exactamente lo que hacemos los agrónomos pero sí que es un ejemplo bueno para que los niños aprendan cómo sembrar una semilla, de donde salen las cosas y podrán ver día a día cómo va evolucionando la semillita que sembraron durante la primavera, algo como lo que podéis ver en este vídeo tan chulo:
Cómo fue nuestra visita la Guardería
Cuando fui a hacer la visita era muy muy temprano para ellos, y para mí también, los niños acababan de entrar en clase y aún algunos estaban con la llorera de haber dejado a sus padres o con los ojos legañosos deseando dormir otro rato. Pero en cuanto empezamos la actividad su actitud dio un giro de 180º, todos estaban expectantes y muy despiertos viendo qué es lo que hacía ese señor con tierra y semillas de judía que les preguntaba un montón de cosas absurdas sobre el campo y las flores.
Cómo veis junto con mi maravillosa ayudante colocamos el sustrato en unas bandejas y lo desmigajamos porque, cómo os hemos dicho muchas veces, normalmente viene el saco muy aplastado y así conseguimos un mayor volumen de tierra útil.
A continuación metimos la tierra en unos vasitos en los que ya había un agujero para el drenaje, tuve que apañar el drenaje de un montón de vasitos porque eran bastantes niños, y con cuidado hicimos un agujero con el dedo en el sustrato para meter la semilla de judía, cubrimos con cuidado el agujero y regamos con una regadera para concluir así con el experimento.
Después de ese ejemplo práctico para toda la clase, fuimos repartiendo a cada uno un vasito para que lo llenara de tierra, eso fue una auténtica locura porque todos los niños comenzaron a tirar la tierra, llenar el vaso hasta arriba, luego vaciarlo otra vez y así infinitas veces, así que fuimos orientando a los niños más gamberros hasta que todos terminaron por tener su semilla plantada.
El valor de sembrar una judía
Puede parecer una tontería, pero sembrar una judía tiene una labor pedagógica muy importante, para empezar es una actividad que se sale de la rutina de los niños y su carácter práctico hace que la recuerden mucho más, al interaccionar con elementos nuevos cómo la tierra, las judías y la regadera, disfrutan jugando a la vez que aprenden.
Muchos de estos niños no conocían el tacto del sustrato de cultivo, una tierra negra que se te pega entre las manos, y creo que la experiencia sensitiva combinada con el hecho de que hicieran por ellos mismos la siembra ya supone una gran experiencia de aprendizaje.
Más adelante cuando germinen pueden formar parte de un huerto escolar con todos los beneficios que conllevan, aunque aún son muy pequeños para cuidar uno, de momento con ir regando la semilla cada día ya adquieren la responsabilidad de cuidar a un ser vivo e ilusión porque nazcan las plantas. Además que podrán ir observando todos los cambios fenológicos de la misma paso a paso y en diferentes estados porque no todas las semillas germinarán igual ni al mismo tiempo.
Son muchas las actividades del estilo que se hacen hoy en día desde la creación de huertas verticales diseñadas por niños hasta la implantación de proyectos educativos de huertos escolares cultivados por ellos. Yo quise aportar mi granito con esta pequeña experiencia, que aunque en magnitud sea muy inferior respecto a otras actividades siempre es un primer paso para desarrollar sus inquietudes en materia de respeto al medio ambiente, el cuidado de la naturaleza y motivarles a regar y cuidar sus plantas en casa.
He tenido la suerte de conversar con algunos de los padres de la guarde días después de la actividad y todavía sus hijos se acuerdan de todos los pasos para lograr sembrar una planta a pesar de que era tan temprano y muchos estuvieran medio dormidos. Estos niños tan pequeños son cómo esponjas y se acuerdan de todo siempre que lo hagas ameno y divertido para ellos.
Me alegro mucho de haber sido el conductor de esta experiencia, me lo pasé en grande con todos ellos. Dar las gracias a los integrantes de la guardería por darme la oportunidad de hacerlo posible, espero que esta semilla de conocimiento germine en estos niños, que sigan sembrando cosas y cuidando sus plantas para que ya vayan con la lección aprendida cuando les toque crear un huerto en su futuro colegio.
Un saludo ¡
Revisado por: Prof. Dr. Luis Ruiz García el 20/02/2019