Cómo preparar Sustrato Para la Huerta. Características del Sustrato Ecológico
¿Qué es el sustrato y cómo prepararlo? ¿Cuál es el mejor sustrato para la huerta orgánica? En el post de hoy hablaremos de las características que debe tener la tierra de cultivo y de los tipos de sustrato para el huerto y el jardín.
Una buena tierra de cultivo sobre la que se asienten las raíces es un aspecto fundamental para el adecuado desarrollo de las plantas, ya que de ella obtienen los nutrientes y el agua que necesitan para crecer y fructificar.
¿Qué es el sustrato de cultivo?
El sustrato es el material que utilizamos para llenar el recipiente de cultivo o los bancales, el material donde se desarrollan las raíces de las plantas, es decir nuestra “tierra de cultivo”.
Hay que tener en cuenta que el sustrato ocupa la mayor parte del recipiente, pero no el cien por cien, ya que en la parte más baja, en el fondo de las macetas o contenedores es recomendable dejar una capa de drenaje.
La capa de drenaje está compuesta por un material que deja espacios o poros grandes entres las partículas, como arena, arcilla expandida, gravillas volcánicas o cualquier material ligero y poroso. Es una capa de unos pocos centímetros, según el tamaño del contenedor y del tipo de sustrato que haya encima.
¿Substrato o sustrato?
Podemos verlo escrito de las dos maneras, como «substrato» y como «sustrato». Esto ocurre tanto en libros, como en sitios de internet, o en el etiquetado de este tipo de productos. ¿Qué palabra es la correcta? ¿Qué dice la Real Academia de la Lengua?
La Real Academia de la Lengua, en su diccionario panhispánico de dudas dice lo siguiente:
Puede escribirse de dos formas: conservando el grupo consonántico etimológico -bs-: substrato; o simplificando el grupo en -s-: sustrato. Se recomienda la grafía simplificada, por ser más acorde con la articulación real de esta palabra y la más extendida en el uso actual.
RAE
Así que es correcto de las dos maneras, tanto «substrato» como «sustrato» son términos correctos, pero puestos a elegir mejor utilizar «sustrato», que es el término que hemos elegido para este artículo.
¿Cómo hacer un buen sustrato para macetas?
A la hora de preparar el sustrato se suelen mezclan varios tipos de materiales. Pocas veces el sustrato está formado por un único componente, y lo habitual es que sea una mezcla de varios materiales para sustratos (turbas, compost, arena, corteza de pino, arenas, perlita, vermiculita…), ya que cada uno de los componentes del sustrato aportará características distintas y deseables.
El éxito de nuestro huerto dependerá, en primer lugar, de si hemos conseguido hacer un buen sustrato o «sustrato ideal», aquel con el que se consigue el desarrollo adecuado de las raíces y la máxima obtención de nutrientes y agua que la planta necesita.
El mejor sustrato para el huerto no es único. Hay cientos de materiales que pueden ser componentes de sustratos y abonos, por lo que hay muchas combinaciones posibles con las que se obtiene un «sustrato ideal».
Además, también influyen factores como los recipientes de cultivo o contenedores, el tipo de plantas que cultivaremos en cada uno de ellos, etc.
En el artículo «Tipos de sustratos para plantas del huerto» hay más información sobre cómo hacer sustrato para la huerta y sobre cómo mejorar suelos ácidos, pobres en nutrientes o con otras deficiencias.
Características de los sustratos
Las principales características del sustrato que influyen en el crecimiento de las plantas son la porosidad y textura, la acidez o pH y la presencia de nutrientes.
Si alguna de estas características falla (suelo muy ácido, muy compactado, suelo «agotado» o sin nutrientes…) es muy posible que las plantas no se desarrollen bien, por lo que será necesario que añadamos componentes del sustrato para mejorar el suelo.
Porosidad
Debe ser elevada para que las raíces puedan penetrar y desarrollarse. Es una de las razones por las que usar la tierra de cualquier jardín o espacio aledaño a nuestro huerto no es una buena idea ya que la porosidad de estos suelos es baja. Pero en nuestro huerto las plantas están en recipientes y la profundidad a la que pueden llegar las raíces es limitada, y eso debemos contrarrestarlo con una alta porosidad en el sustrato.
Microporos: importantes porque retienen el agua formando una reserva que será absorbida poco a poco por las raíces cuando no se riegue.
Macroporos: importantes porque, tras el riego, el agua desaparece de ellos y permiten la circulación de aire para la respiración de las raíces.
Los macroporos y los microporos de nuestro sustrato final deben estar equilibrados para que la planta disponga tanto de aire como de agua suficiente, por eso debemos saber combinar los materiales disponibles.
Para mejorar la porosidad y aligerar los sustratos se pueden usar materiales con poros en las propias partículas: corteza de pino, perlita, poliestireno expandido…
pH o acidez
Mide la acidez del sustrato, tomando valores de 1 a 14. La mayoría de las hortalizas se desarrollan mejor en torno al pH neutro y valores algo más bajos (pH 6-7), ya que a pH distintos la absorción de nutrientes es más costosa.
Los fabricantes de sustratos suelen indicarlo en las especificaciones del producto, normalmente en el envase. La mayor parte de los materiales utilizados como componentes de sustrato tienen un pH cercano a la neutralidad, o ligeramente ácido (menor que 7, pero que con el tiempo evolucionan a un pH más neutro), por lo que sólo hay que prestarle especial interés a este aspecto cuando se aleje uno o dos puntos del pH neutro.
Nutrientes y materia orgánica
Los nutrientes indispensables para el desarrollo de la planta son el nitrógeno, el fósforo y el potasio, los cuales aparecen en los materiales en forma de N, P2O5 y K2O respectivamente. Los sustratos deben tener un contenido adecuado de cada uno de ellos y también de otros elementos secundarios como el calcio, el magnesio o el azufre.
Cuando la planta no dispone de los nutrientes necesarios se debilita y aparecen efectos negativos como: hojas pálidas, amarilleo o pardeo del borde de las hojas, los brotes jóvenes se secan, baja la floración, la fructificación, etc.
Muchos de los sustratos que podemos encontrar no contienen la suficiente cantidad de nutrientes que necesita la planta, pero, aunque así fuera, se van perdiendo con el tiempo. Por ello es necesario que en el suelo haya materia orgánica, que va liberando poco a poco los nutrientes, y también mantiene la actividad de los microorganismos beneficiosos.
¿Por qué es importante fertilizar el suelo?
Como hemos visto, la presencia de nutrientes es una de las características de los sustratos esenciales para el desarrollo de los cultivos, por lo que es importante abonar el suelo o incorporar fertilizantes para sustratos ecológicos.
Algunas partículas del suelo como las arcillas pueden retener nutrientes, pero, en cualquier caso, sólo retienen algunos como el potasio, calcio, magnesio… (los que tienen carga positiva). El nitrógeno tiene carga negativa y, además, es muy soluble, por lo que va desapareciendo de nuestra tierra, sobre todo con el agua de riego. Esto es lo que se conoce como lavado de nutrientes.
Es esencial recurrir, por lo menos una vez al año, a la fertilización del sustrato, añadiendo abonos orgánicos o abonos minerales que aporten los nutrientes que faltan.
Abonos orgánicos
Con los fertilizantes orgánicos (compost, enmiendas húmicas, abonos verdes, estiércol, abonos orgánicos líquidos…) estamos añadiendo al suelo materia orgánica que se transformará en humus.
El humus contiene los nutrientes necesarios y, aunque no puede nutrir directamente a la planta, el suelo (¡que está vivo!) se encarga de transformar estos nutrientes para que la planta pueda asimilarlos (en la etapa conocida como mineralización de la materia orgánica). Así, el suelo va poco a poco degradando la materia orgánica y transformándola en nutrientes asimilables, utilizando parte de los nutrientes y reservando otra parte para mineralizarlos cuando se necesiten.
Además de la liberación lenta de nutrientes, el abono orgánico tiene otras ventajas como el mantenimiento natural del sustrato y de su flora microbiana (micoorganismos beneficiosos) o el reciclado de residuos, uno de los pilares en los huertos donde se practica la agricultura ecológica u orgánica.
Fertilizantes químicos
En general, los fertilizantes o abonos químicos contienen concentraciones muy elevadas de nutrientes disueltos y el exceso puede resultar perjudicial para la cosecha. Además, persisten poco en el terreno por lo que hay que aplicarlos más a menudo, y hay que tener cuidado porque a veces pueden parecer muy completos pero en realidad carecer de algún micronutriente (hierro, cobre, cloro …), también necesarios para el crecimiento de las plantas.
Aunque en la agricultura ecológica lo más común son los fertilizantes orgánicos, hay una serie de acondicionadores del suelo y fertilizantes inorgánicos o minerales que sí están autorizados en agricultura ecológica, como el cloruro de sodio, el polvo de roca o de arcilla, el sulfato de calcio, etc.
Referencias
- Brechelt, A., 2004. Manejo ecológico del suelo. Fundación Agricultura y Medio Ambiente (FAMA), República Dominicana.
- Masaguer, A., 2004. ¿Qué sustrato elegir? Revista HORTICULTURA, nº 201, pag. 40-42.
- Félix Herrán, J. et al., 2008. Importancia de los abonos orgánicos. Revista de Sociedad Cultura y Desarrollo Sustentable de la Universidad Autónoma Indígena de México, Ra Ximhai, vol. 4 (1), pag. 57-67.
- Gonzálvez, V. & Pomares, F., 2008. La fertilización y el balance de nutrientes en sistemas agroecológicos. Manual Técnico, Sociedad Española de Agricultura Ecológica (SEAE).
- Cruz-Crespo, E. et al., 2012. Sustratos en la horticultura. Revista Bio Ciencias, vol. 2 (2), pag. 17-26.
- RAE, 2023. Diccionario panhispánico de dudas. https://www.rae.es/dpd/sustrato
Revisado por: Prof. Dr. Luis Ruiz García el 06/03/2023