Cómo elegir una Maceta para mi Huerto: Los mejores consejos
¿Cómo va eso Agrohuerters? Hoy en Agrohuerto vamos a explicar cómo cultivar un huerto en macetas, para aquellos que no dispongan de un terreno libre para establecer sus cultivos y no sepan qué tipo de maceta elegir.
El cultivo de plantas en recipientes nos permite recrear las condiciones de una huerta a pequeña escala. La maceta es un elemento central porque define el espacio en el cual habrá huerto y tiene un efecto en la estética y la percepción del espacio de la zona, ya sea un balcón, un patio o una azotea. Por ello debemos elegir correctamente las macetas en las que vamos a instalar nuestro huerto.
1. Ubicación y espacio
Lo primero que debemos hacer es organizar el espacio del que disponemos, para ello debemos elegir la ubicación del huerto. Independientemente de que el espacio sea amplio o reducido, debemos elegir un espacio soleado, orientado preferentemente al sur, ya que nuestras plantas necesitarán un número considerable de horas de sol para madurar.
Si no dispones de un lugar donde incida la luz del sol durante al menos 7 horas, te recomiendo que limites el cultivo de tu huerto a especies de hoja como lechugas o acelgas, cuyos requerimientos en cuanto a horas de insolación son menores.
Una vez elegida la ubicación del huerto, mide bien el espacio que tienes y las macetas que podrías poner. El espacio no es un inconveniente ya que existen en el mercado una amplia de gama de soluciones en función del espacio del que dispongamos, de las que hablamos en el artículo “Tipos de macetas para cultivar el huerto”.
Si no se dispone de demasiado espacio, se pueden alternar cultivos colocando macetas con un cultivo a un extremo y con otro cultivo en el otro extremo, de modo que se favorezca la biodiversidad.
2. Color
El tipo de recipiente también influye en el desarrollo de la planta, porque determina la temperatura y la humedad en las que vivirán las raíces. En la naturaleza, en verano la zona radicular de las plantas se encuentra en condiciones más frescas que la parte aérea. En invierno ocurre lo contrario: la parte aérea sufre los rigores del invierno, mientras que las raíces están protegidas de las bajas temperaturas.
Por ello, es recomendable elegir recipientes de color blanco o colores claros para el cultivo de hortalizas en zonas de temperaturas estivales muy elevadas, puesto que el color blanco refleja la radiación del sol y permite un control de la temperatura en el interior del recipiente.
Por el contrario, en invierno, si estamos en una zona fría, es preferible utilizar recipientes oscuros, que absorben la luz solar y ofrecen un ambiente más cálido a las raíces.
3. Materiales Aislantes
Como hemos comentado anteriormente, las raíces son muy sensibles a las oscilaciones de temperatura que pueden sufrir por el recalentamiento en verano o las heladas en invierno. El que se mantenga una temperatura homogénea durante todo el año dependerá, además del color, del material del recipiente.
El plástico es un material con escasa inercia térmica, por lo que para zonas donde se den cambios bruscos de una estación a otra no resulta interesante. Pero este problema lo podemos solucionar con jardineras de madera o de barro cocido en el caso de recipientes medianos, ya que en el caso de contenedores más grandes, al ser mayor el volumen de sustrato estos problemas no son tan significativos.
4. Manejo cómodo y sencillo
Intenta que los recipientes contribuyan a evitar dificultades a la hora de trabajar, primando un acceso fácil a las plantas con recipientes en altura como mesas de cultivo o jardineras verticales, que no se acumule suciedad o humedad, e incluso, que sea fácil de transportar o cambiar de sitio de una época a otra (por ejemplo con ruedas).
5. Drenaje
Otro factor a tener en cuenta a la hora de cultivar en recipientes es el drenaje, importante para la eliminación del exceso de agua que puede derivar en putrefacción y asfixia radicular. El drenaje es la capacidad de un sustrato para evacuar el agua sobrante.
La tierra o sustrato, es capaz de almacenar más agua de la necesaria para el correcto desarrollo de las plantas; sin embargo, en una maceta el desplazamiento del agua puede estar limitado por la falta de orificios en la parte inferior de la misma.
Una manera de solucionar este problema es practicar una serie de agujeros en el fondo de la maceta, si ésta no viene con ellos de fábrica. Algunos horticultores, además, instalan una capa de material drenante en el fondo de la maceta antes de efectuar el llenado y trasplante. Este material de drenaje puede ser algo tan simple como unos puñados de grava o de arlita (arcilla expandida usada en construcción).
6. Volumen y profundidad
Las raíces pueden desarrollarse horizontalmente, por tanto lo más importante no es la profundidad, sino el volumen total, aunque las macetas deben de tener una altura de 20-30 cm para el un desarrollo radicular correcto, dependiendo del cultivo. Es lógico pensar que si vamos a plantar una especie que adquiere gran tamaño, como por ejemplo una melonera, necesitaremos una maceta de grandes dimensiones. En cambio una planta pequeña, como una cebolla o una remolacha, necesita menos espacio para crecer de forma saludable.
7. Estética
Dale rienda suelta a la imaginación y diseña un huerto que, sobre todo, esté a tu gusto. Según tus preferencias y guiándote por los criterios que hemos dado puedes elegir entre recipientes de madera, mesas de cultivo lacadas o galvanizadas, jardineras cerámicas, de plástico, de metal… ¡Incluso puedes pintarlas!
Por otro lado, también puedes llevar a cabo un ejercicio de imaginación siguiendo los principios de reutilización y reciclaje, transformando todo tipo de objetos en recipientes de cultivo.
Espero haber dado buenas pistas para que elijáis la mejor maceta para vuestro huerto. Y tú, ¿qué recipiente de cultivo utilizas?
¡Nos vemos en la próxima!
Revisado por: Prof. Dr. Luis Ruiz García el 04/03/2021